La fábula de la cubeta agrietada, es un cuento que nos invita a reflexionar acerca de repensarnos y revernos en nuestras actitudes diarias.
Los cuentos y fábulas nos dan una visión análoga de distintas situaciones, y la posibilidad de capitalizar los aprendizajes. La historia de la cubeta agrietada, dice así:
Había una vez, un granjero que tenía dos cubetas. Todos los días usaba esas cubetas para llevar agua a su casa . Una de las cubetas tenía una grieta y derramaba agua continuamente al andar. La otra cubeta, estaba perfecta y no derramaba ni una sola gota.
El tiempo pasó y la cubeta agrietada se entristeció muchísimo al darse cuenta de todo el agua que perdía por el camino.
Luego de repensar la situación, la cubeta decidió hablar con el granjero. Este reflexionó profundamente al entender sobre la tristeza de la cubeta. El granjero le pidió a la cubeta que la acompañara a dar un paseo. La cubeta se entristeció aún más, pensando que el granjero iba a deshacerse de ella.
Ambos caminaron por el mismo sendero de siempre. Pero esta vez, el granjero señaló toda la maravillosa vida qué había brotado a su alrededor. Le explicó a la cubeta que ella era la responsable de toda esa belleza. Si no hubiera derramado agua todos los días, las flores y plantas nunca hubieran crecido. La cubeta se dio cuenta de que, a pesar de sus grietas y defectos, era capaz de crear cosas maravillosas a su alrededor. Incluso cuando no era consciente de eso.
Moraleja de La fábula de la cubeta agrietada
El jardín de tu mente comenzará florecer, el día en qué dejes de esperar en convertirte en una versión perfecta de ti mismo/a y comiences a disfrutar conscientemente de quién eres en el presente.