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Reflexión de un emprendedor integral

Al abrir las redes sociales, me encontré con una reflexión de un verdadero emprendedor de vida: Alejandro Motta. Me pareció interesante compartir su pensamiento y reflexión, entendiendo a cada uno de nosotros como seres integrales y conjugados con todos nuestros aspectos cotidianos de vida.

Hoy me levante pensando, como todas estas mañanas,: «Esto es real». En esta cuarentena en la pandemia del Coronavirus, es cuando todos entramos en un estado de introspección profunda y obligatoria. Es por esto que les quiero compartir la reflexión de un amigo emprendedor.

PROPOSITO

Nacemos con un cuerpo y una estructura psíquica proyectada para desarrollar un ego. Ego y cuerpo forman un vehículo que permite al espíritu vivir una experiencia material.

El alma es una porción individual del espíritu. Es el puente entre el plano material y el plano espiritual. El alma acompaña al ser en toda su etapa evolutiva, por medio de los ciclos de muertes y renacimientos, y deja de existir cuando la consciencia individual se expande y se funde con la consciencia cósmica. Esa es la forma en que la consciencia encuentra para expandirse a través del ser humano en el plano material.

El ego, además de tener una función muy importante en el proceso de la expansión de la consciencia, también representa el nacimiento del sentido de la separación. En el plano físico, que es un nivel de apariencias, todos estamos separados, pero en el nivel espiritual, somos todos uno.

De la misma manera que una semilla contiene una porción mínima (un Quantum) que es impresa en un Código Genético, se trata de la información sobre su potencial máximo que son los frutos que ella va a dar; como seres humanos traemos una porción de consciencia divina que desea ser expandida a través de nosotros. Ese programa es el propósito del alma y es a lo que venimos a este plano terrenal.

Este propósito se manifiesta en forma muy particular en cada uno de nosotros y está alineado con un propósito mayor conocido como Dharma, propósito mayor de la humanidad, de la expansión de la consciencia, que es el despertar del amor, pues la consciencia se expande a través de él.

Saber cuál es nuestro propósito es saber a qué vinimos a esta tierra y esto está relacionado a lo que somos en esencia. Cada alma trae consigo dones y talentos que son la manera que cada cual tiene para expresar amor. Es importante que cada uno cumpla su función, cumpla con su propósito.

Trabajar en función a un propósito

Cuando uno de nosotros trabaja en función de su propósito, encontrará gente que necesite de su servicio, se encontrará con personas que requieran de su talento y, de manera simultánea, le aportarán lo que necesita para sanar. Cuando uno de nosotros entrega lo que es en esencia, recibe ese amor que da para su propia sanación.

De la misma forma que el alma trae dones y talentos, también trae desafíos que servirán para su crecimiento y aprendizaje, en esta vida o en tantas vidas como sean necesarias para alcanzar su propósito.

El propósito del alma es un programa que nace con la persona, pero existe otro programa externo que es formado al recorrer la vida, otro programa que va desarrollando el ego al interactuar con la sociedad. Este programa no sólo depende de los factores de la sociedad, sino que también depende del Karma (Ley de causa-efecto) producto de las acciones equivocadas realizadas en el pasado.

El propósito del ego se desarrolla a partir de la interacción con sus padres, hermanos, educadores. El niño comienza a tener una vida social y con ella recibe patrones y mandatos que le indican qué es lo que, supuestamente, está bien y lo que está mal. A partir de sus Creencias y Valores va formulando sus objetivos y logros.

Reflexión de un emprendedor integral

Redacción: Alejandro Motta

Visita: AlejandroMotta.com

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