Esta analogía, en cuanto a la elección de un asociado para tu proyecto, te hará replantear la forma de relacionarte con los demás en varios aspectos de tu vida.
Como primera medida, aclaremos que no existe nada peor o mejor, sino diferente. Con esto, es importante aclarar que, no hay reglas para el éxito. Existen “claves” que pueden servir para algunos negocios y pueden que para otros no.
Está claro que no vamos a asociarnos con nuestro perro, ya que nosotros haríamos todo el trabajo, no tendríamos un buen feedback para poder crecer y, probablemente, rompan nuestro dinero a la hora del cobro. ¿Identificaste alguna actitud similar con esa persona? ¿Cuántas veces tenemos al lado a alguien con esta forma de actuar? Este es el punto que quiero abordar.
El 68% de los proyectos que se ponen en marcha de forma asociada, comienzan entre mejores amigos, aquellas personas que viven experiencias inolvidables y emociones entrañables. Por lo tanto, es fundamental armar una planilla o bajar línea por escrito de las tareas que cada uno debe cumplir.
“Si los perros hablaran, realmente no serían nuestros mejores amigos. Por más cariñosos que sean, el lenguaje verbal es condicional para nuestras relaciones”
Algunos puntos a tener en cuenta a la hora de trabajar con un socio:
- Tu mejor amigo: Como mencionamos anteriormente, es necesario que plantemos derechos y obligaciones, poniendo reglas claras en los roles de la sociedad. Con un amigo existen emociones de por medio que ninguno de los dos desea eliminar.
- Solo viene cuando lo llamas: Recordá que es un socio, no un empleado. No es bueno dar órdenes u organizarlo solo. Es necesario que el socio tome iniciativas propias para nuevos rumbos.
- Para mimarlo, pasearlo y darle de comer: Claramente no es un buen punto. Con un socio, tiene que haber contradicciones, discusiones sanas y distintos puntos de vistas para confrontar y desarticular ideas que quizás no sean buenas.
- Todo el día echado: Si nos asociamos con alguien, es justamente para poder compartir obligaciones y agilizar el negocio. Es necesario que el asociado tenga autonomía emocional para tomar decisiones y resolver acciones específicas.
- Perro que ladra no muerde: Sin duda una frase encaja en muchos aspectos de la vida y es clave a la hora de la toma de decisiones. Además, una actitud de verborragia en nuestro socio, puede llegar a ser una mala pantalla frente los clientes.
Esta analogía, muchas veces es real. Pero insisto, no está bien ni mal. Dejar de antemano las reglas claras y conocer qué tipo de relación voy a sostener con mi socio, es fundamental para no terminar en una ruptura de negocios o de amistad. Les dejo una cita, para que la pongan en práctica.
Uno no llega a conocer a la otra persona, hasta que pelea con ella. Frase de los hermanos Wachowski (Directores de la película The Matrix entre otras)
¿Tu perro puede ser un buen socio para tu negocio?