InicioBranding"Complejo de Jonás": Miedo a los propios talentos.

«Complejo de Jonás»: Miedo a los propios talentos.

difuni negocios

¿Te cuesta hacerte cargo de tus talentos y mostrarlos al mundo? ¿Le temes a lo mejor de vos? Para emprender con éxito y buscar tu autorrealización es fundamental trascender lo que se conoce como «Complejo de Jonás? Te invito a conocerlo!

Jonás fue un personaje bíblico al que Dios encomendó una tarea y éste sintiéndose incapaz de cumplir esa misión, rehuyó de su destino. “No estaré a la altura de semejante desafío”, acobardado concluyó.  

Abraham Maslow, padre de la Psicología Humanística, basándose en ese relato antiguo, llamó “Complejo de Jonás” a la propensión de negar los propios talentos, a la imposibilidad de reconocer las propias grandezas y de explorar las propias capacidades. ¿Cuál es la consecuencia de semejante omisión? Nos estancamos por debajo de nuestras posibilidades y al cabo de un tiempo experimentamos algo así como un sentimiento de “auto-traición”. En lo profundo reconocemos que habiendo podido más…solo nos animamos a llegar hasta “ahí”.

La psicología tradicional desde siempre nos ha dicho que reprimimos lo oscuro, negativo e inaceptable de nosotros mismos, los traumas, conflictos y aquello que nos avergüenza admitir se pone bajo llave en el recóndito inconciente.

La Sombra Dorada  

Sin embargo esto es solo una parte de lo que habita en las profundidades del aparato psíquico. Hay además, en este enigmático lugar, un cúmulo de habilidades, capacidades y recursos positivos que duermen en nuestro interior y aguardan ser desplegados por quienes tienen el valor de animarse a salirse de su zona de confort. Carl G. Jung denominó a este patrimonio beneficioso: “Sombra Dorada”, para diferenciarla de esa otra Sombra, sede de lo más bajo de sí. Al respecto nos dice:  

“No es simplemente el lado “sombrío” de nuestra personalidad el que descuidamos, desdeñamos y reprimimos. También podemos hacer lo mismo con nuestras cualidades positivas».  

Conquistar, crear, crecer, emprender, lograr y animarse a más, supone el desafió de apropiarse, apoderarse y hacer uso de esos recursos que habitan en nuestro sabio y luminoso inconsciente.  

Muchas personas advierten sus capacidades cuando la vida no da opción y exige más…De repente se nos quita lo cómodo y… descubrimos nuestra faceta emprendedora. Una crisis sacude las certezas y la creatividad germina como hierba bajo la tierra. Las circunstancias apremian y la valentía irrumpe con una fuerza interna arrolladora.  

Y como quien se asombra de sí… sintiéndose desconocido y ajeno, admite con tono bajito: “No pensé que sería capaz de…”. O los demás pueden decir: “No sabía que eras tan… (talentoso, virtuoso, valiente, perseverante, creativo, arriesgado)”. Y la lista puede seguir tanto como personas existan, ya que nadie vino a este mundo sin dones y talentos que ofrecer.  

Y es importante reflexionar que no solo podemos sino que además, tenemos la responsabilidad moral y espiritual de regar las semillas que nos fueron dadas para que puedan ser utilizadas y valoradas por otros. Tal como cada uno de nosotros disfruta y goza de lo que consiguieron muchas personas que se animaron a ir más allá de sus limitaciones, imposibilidades y temores. Así la evolución se construye entre todos al mismo tiempo que conseguimos nuestra autorrealización. Una mirada trascendente es una muy buena motivación cuando quienes emprenden, además de perseguir el éxito personal logran ver más allá de sus propios beneficios y se convierten en agentes activos del cambio colectivo.

Emprender desde este lugar, es dar pinceladas en un cuadro que enmarcamos entre todos. Es dotar a tu empresa, a tu idea o proyecto de un valor que le otorga un sentido que no tiene precio. Ser la mejor versión de sí es asumir el coraje de iluminar esa Sombra Dorada, quizás ese disco que espera ser grabado…ese negocio que espera ser llevado a cabo…ese talento que aún no es mostrado…ese riesgo que aguarda ser tomado…  

Tolerar la incertidumbre, reconocer que en toda ganancia hay pérdida, que no hay acierto sin error, que la crítica daña pero no mata, que hay tantas posibilidades como ideas quieras pensar, que del ridículo sí se vuelve y que se puede volver a apostar, son los desafíos que deben asumir aquellas personas que están dispuestas a ir más allá de lo que creen ser capaz y logran lo que Jonás, preso de sus inseguridades y temores no pudo concebir:  

“Sentirse estar a la altura de sus propios sueños”. Ps. Corina Valdano. ([email protected])

Gracias por leerme. Más Notas en: https://www.facebook.com/corina.val…