Las personas inteligentes en realidad son aquellas que se detienen a discernir y evaluar distintas opciones de situaciones. Lo cual, conlleva un trabajo y tiempo extra.
Todas las personas pueden accionar de dos maneras distintas dentro de una misma circunstancia: Por un lado tomar la solución más simplista con “etiquetas” ya preestablecida socialmente y “pensar” de la forma que se les fue impuesta. Esto elimina la duda y el discernimiento para un pensamiento propio.
En cambio, las personas inteligentes, se detienen a discernir y a repensar, estableciendo nuevos patrones quizás. Se dan la posibilidad de replantearse sus propios patrones, entender que quizá estos están errados. Las personas inteligentes tienen la cintura o formas más agiles de poder modificarlos.
Está claro que las sociedades tienen permanentes cambios a medida que pasa el tiempo. Las mismas se transforman. Entonces, entendemos que los pensamientos, que ya fueron instaurados hace tiempo, hoy en día pueden haber quedado completamente obsoletos.
Generalmente, las personas inteligentes tengan que, de alguna manera, luchar contra esos prejuicios sociales y modificar también su actitud y carácter frente a los demás. Creo que eso es un combo bastante ganador a largo plazo.
Las personas inteligentes, son las que se detienen a pensar y a generar introspección.
Cuando uno se permite desafiarse a sí mismo, es cuando evoluciona. Este desafío, también puede llegar a una instancia de comprender y evitar una discusión insana, adaptándose a tu entorno y aceptando la diversidad de pensamientos. La persona inteligente, no considera que la otra persona esté equivocada, sino que acepta y entiende que su entorno fue distinto.
“El animal que sobrevive, no es el más fuerte sino el que mejor se adapta a las circunstancias”.
Cuenta la leyenda que “ermitaños/as” son personas que comúnmente se representan como seres malos como un ogro, apáticas y que no quieren relacionarse con el mundo. En realidad, son personas racionales y pensantes que preferían vivir aislados para un profundo trabajo de introspección. Incluso, en la época medieval, se las llamaban hechiceros o brujas.
Estas personas, también tienen una cuota importante de bondad y humor. Esto se debe a que, al poder discernir y generar una autoevaluación sobre su accionar, pueden modificar su pensamiento y de esta forma retractarse. Sin duda, eso también depende de la actitud de cada persona.
Dos pensadores contemporáneos como Sigmund Freud y Charles Chaplin, coincidían que a través del humor es posible revelar el inconsciente de una manera más sana y real. Muchas personas no están preparadas para analizarse a si mismo por miedo a descubrirse. Las personas que tienen humor para mostrar sus defectos, la utilizan como sutil herramienta de introspección.
Entendemos que estas personas inteligentes tienen varios puntos fuertes identificables:
- Introspección, análisis en sus pensamientos
- Replantear y reformular su accionar o forma de pensar
- Actitud para poder modificarlas o estar seguro en su pensamiento
- Una cuota de bondad, que a largo plazo hace que eviten discusiones incomodas cuando se encuentran en sociedad por más exasperante que pueda ser la conversación
Al realizar diariamente esta actividad como la introspección, las personas inteligentes crean nuevas redes neuronales, que permiten modificar estructuras y caminos de pensamiento dentro del cerebro. Esto hace que puedan pensar en que una situación tiene distintas soluciones.
En esas circunstancias, se detecta que las personas inteligentes son también serena, por lo que entiende que cada situación, buena o mala, tiene distintas resoluciones. Entonces la preocupación y la ansiedad, lentamente van desapareciendo. Esto no quiere decir que las personas inteligentes no sean ansiosas, más bien que al entender distintas variables de pensamiento, las redes neuronales permiten modificarse creando variables de pensamientos.
¿Que son los atajos mentales en los pensamientos?
Cómo mencionamos anteriormente, en contraposición las personas inteligentes, hay personas que toman “atajos mentales” para resolver problemas. Esta es una manera más fácil y más rápida, por el solo hecho que no pueden hacerse responsables de algunos actos. Entonces, al pensar a través de otras ideas ya instauradas socialmente, no logran resolver emocionalmente ciertas situaciones.
Un parámetro para detectar a estas personas, es cuando utilizan frases hechas o cliché. Si bien pueden llegar a pensar y entender esa frase, no tienen la capacidad para reinventar frases nuevas o hasta incluso creer que algunas de esas frases ya son erróneas.
Con la vorágine y en los tiempos acelerados que vivimos, los atajos mentales son muy comunes en nuestra sociedad. Esto se debe a la creencia que si uno se detiene a reflexionar o se toma un tiempo en responder, se lo considera un tonto/a. Esto mismo, se encuentra muy alejado de la verdad y quién contesta rápido una situación compleja, es para no quedar o para no parecer una persona tonta.
Entrenamiento mental diario
Si nos tomamos el tiempo para reflexionar que cada situación y cada persona son diferentes, estaremos realizando un entrenamiento para meditar y pensar en soluciones concretas, reales y sanas.
Sin duda este entrenamiento logra que, a mediano plazo, podamos resolver circunstancias de manera mucho más ágiles y con consciencia. Como toda parte del cuerpo humano, hasta incluso el cerebro, es necesario un entrenamiento diario. Por eso, tomarnos el tiempo para reflexionar de forma individual las distintas situaciones, nos permitirá entrenar al cerebro para una múltiple combinación de pensamientos y una buena actitud frente a las demás personas.
Existen herramientas como el yoga, la meditación, los espacios de reflexión, la lectura, en donde nos encontramos con nuestra mente y pensamientos. Ahí es donde nadie nos puede juzgar más que nosotros mismos en la forma de pensar. Si a esos espacios lo instruimos con otras reflexiones, con otros pensamientos, con otras lecturas y entablando una sana comunicación con el otro, podemos discernir y modificar ciertos parámetros mentales propios.
Se sabe que el yoga y la meditación, son herramientas poderosísimas para la mente, ya que alivian la aceleración diaria, permiten un pensamiento sereno y da la posibilidad de replantearnos sobre nuestro correcto accionar en el entorno social, y sobre todo en el familiar que nos cobija emocionalmente.